2021 Metalville
El blues vive y no muere, como podría decir el locutor entusiasmado de Songs for the deaf. Si los guitar heroes del blues como Bonamassa, James Nichols o los hermanos Nimmo mantienen ahora estatus de referencia inevitable del género, las bandas añejas aún aguantan en un segundo plano de poca responsabilidad pero de mucha satisfacción: nadie espera ya casi nada de Lynyrd Skynyrd, ZZ Top o Eric Clapton, pero son sus discos los que, con cada lanzamiento, nos ayudan a volver a nuestras raíces.
Entre estas bandas, Foghat se ha especializado en un sonido que, si bien no parece que avance con las décadas, mantiene un público lo suficientemente robusto como para que un nuevo lanzamiento siga siendo una noticia a la que seguirle el rastro. El retorno del cuarteto de Manchester llega de forma un poco sorpresiva, quizá porque los últimos años no han dado muchos frutos en forma de material original (no más que tres discos en las últimas dos décadas). Afortunadamente, y a pesar de los años que pesan en las espaldas de sus miembros más veteranos, Foghat no sólo no han perdido el gancho sino que lo han mantenido con la solvencia que caracteriza a los buenos instrumentistas del género: puede que haya poco de nuevo en Under the Influence, pero hay mucho de bueno.
Aunque cuesta adentrarse en un disco de temas de blues exclusivamente mayor, amable, happy y movido, los doce temas que conforman el nuevo disco de Foghat superan con mucha solvencia su prueba de fuego: los patrones no cansan, las melodías no se repiten, y uno puede llegar al final del disco pidiendo más. Desde la canción que abre y da título al disco, y durante los tres cuarto de horas de duración, los solos se multiplican, el slide toma protagonismo, y los clichés son desbordados por esa cosa que dan los años de experiencia y que a veces llamamos “clase” o “elegancia”. No es la canción, sino el intérprete, el que hace que lo de siempre suene fresco. Hasta para cantar sobre las miserias de haber sido abandonado por tu mujer hace falta una gracia especial: el blues de “Upside of lonely” celebra la soltería en lugar de lamentarla.
Ésta es una de las encarnaciones más estables de la larga historia de Foghat (por la que ha pasado un número decididamente alto de músicos), y se nota en el preciso engranaje que hace que la rueda gire con precisión, cuerpo y gracilidad. Cada canción tiene ese “algo” que la distingue del resto, incluidos algunos coros y voces adicionales que echan una mano en el momento preciso: “Heard it through the grapevine” empapa de frescura el ecuador del disco, lo justo para obligarte a mantener la atención. Los ritmos sincopados de “Made up my mind”, responsabilidad del único miembro original de la banda Roger Earl, te recuerdan que no puedes despistarte, que el blues es un terreno muy caminado, pero que no por más conocido se hace más monótono.
No hay lugar para las grandes sorpresas, pero tampoco es algo que se le pueda reprochar a un estilo caracterizado por su escasa variación a lo largo de los años. Aunque a nadie vaya a gustar más este disco que a los incondicionales del blues más luminoso, todo es disfrutable en Under the Influence. Un boogie aquí, un rocanrol allá, el blues con tintes funky de “Honey do list”, alguna concesión más pop en “All because of you”, nada especialmente sofisticado, pero lo suficiente como para que Foghat hayan aguantado la prueba del tiempo una vez más, casi sin despeinarse.