Tras la presentación del videosingle Vortex y más recientemente de Catch fire, estábamos deseando mostrar al completo Parenthesis; segundo álbum del pianista y compositor madrileño Adrián Foulkes. Desde Oigovisiones Label colaboramos y damos soporte a esta edición, con producción ejecutiva del propio Adrián, que verá la luz en formato digital y vinilo transparente 180gr (disponible a mediados de Junio). Con un delicado diseño de Sonia Castillo, su portada ya te da a entender que contiene cierto sentido estático o de suspensión en el tiempo. Parenthesis es el resultado de dos años de trabajo que terminó de gestarse durante los meses de confinamiento, con Adrián exclusivamente centrado en la producción del disco. En el estudio –que comparte con su colega Federico Jusid– y rodeado de multitud de instrumentos, sintes y con un piano de pared y un semicola C3 como protagonistas, es en la combinación de ambos donde Foulkes con un uso medido de la reverb y dando preferencia al uso del pedal de sustain, consigue hacerte partícipe de su intimidad; por momentos no aciertas a saber si escuchas su respiración o la de los instrumentos que lo rodean, genera una complicidad simbiótica. Si prestas atención a los primeros segundos de Mutate, ya estás dentro… El rasgo dominante de Adrián es la sobriedad pero si te dejas llevar, Parenthesis es envolvente, sentimental. Esto es aplicable tanto a su investigación post-clásica para piano, con guiños a Arvö Part, Cage o Satie como a Raymond Scott en su faceta experimental y electrónica; traslada la gramática del minimalismo al lenguaje del atmospheric de corte cinematográfico. Su música se nutre de líneas fluidas y melodías de poso melancólico pero que en ocasiones apuntan con efervescencia conmovedora al optimismo; cuando palpita, premian el lirismo, la belleza y el buen gusto. Esculpe drones en ráfagas controladas con un MS-20, modela muestras vocales propias mientras se afana sobre el arpa del Yamaha C3 martillando, rascando, acariciando… y manteniendo la rítmica bajo control. No return e Ipso facto, compuestos junto a la violinista Laura Massoto, se advienen como ondulantes improvisaciones explorando a cámara lenta las sonoridades posibles de violín y piano; un coqueteo del que sacan partido al contraste entre ellos con contrapuntos de pulsos ambientales, creando un clímax emotivo y visceral. La delicada masterización de Martyn Heyne (Nils Frahm, Broderick…) acompaña a la perfección la producción de Adrián. Consigue un sonido realmente suntuoso, matizado y envolvente, respetando en todo momento la familiaridad que desprende el disco y saca a relucir la tensión inherente de los instrumentos.