2020 Erased Tapes Records - Edición limitada 500 copias
Tendemos a prestar menos atención de la debida a los autores demasiado prolíficos. Acabamos por pensar que su oficio no les demanda tanta dedicación o que acumulan menos méritos que los de quienes solo se prodigan cada tres o cuatro temporadas, el ritmo de las pautas comerciales. Por eso con Peter Broderick corremos el riesgo de minusvalorar. De haber perdido la cuenta de sus discos. De considerar que, si es capaz de dar señales de vida a cada poco, será porque su obra es más superficial, prescindible o descuidada. Todo, hasta que volvemos a descubrir lo que en algunas ocasiones del pasado (It stars hear, por ejemplo) ya nos había resultado evidente: su discurso musical oscila entre lo entrañable y lo adorable. Peter ha crecido en Portland (Oregón), meca del artisteo en la Costa Oeste, y desde hace unos pocos años vive con su mujer, la maravillosa cantante Brigid Mae Power, en el condado irlandés de Galway. Son paisajes que acaban filtrándose en la escritura, con guiños celtas en Ode to blackberry, What’s wrong with a straight up love song o Stop and listen y un gusto por la canción contenida y emotiva muy similar al de otro sueco, José González (The niece). Por lo demás, un repaso a los créditos de Blackberry corrobora una sospecha obvia nada más se ha procedido a su (absorbente) escucha: todo lo que suena, del primer al último instrumento, corre por cuenta del propio Broderick, que de hecho grabó el álbum en su habitación. Llamémoslo “experimental-bedroom-folk-pop“. Suena jocoso, pero es rigurosamente cierto y descriptivo. Es más: la definición la sugiere el propio compositor. Y de su pluma sale también el primer verso de este álbum, todo un late motiv que deberíamos tomar en seria consideración: “Solo puedes ser tan feliz como el mundo en el que vives”. No es necesario tuitearlo. Mejor, grabémonoslo en la memoria. Limitada edición en transparente color Blackberry ( Mora ).