El segundo álbum de THE WHITE STRIPES, que lleva el nombre del movimiento artístico holandés y de la revista del mismo nombre de principios del siglo XX, muestra a la banda grabando en los cómodos confines de los estudios Third Man de Jack White, situados entonces en la planta baja de su casa en el suroeste de Detroit. Este es el álbum que impulsaría a la banda a la prominencia del rock and roll trotamundos. Las acertadas versiones de Son House y Blind Willie McTell encajan a la perfección tanto con los números sombríos y minimalistas como con las explosiones de energía máxima de la potencia no adulterada. Prensado en vinilo de 180 gramos y con una funda de punta, esta es sin duda la mejor versión de De Stijl que ha llegado a las estanterías.