La cultura es parte esencial de la vida de la mayoría de las personas. Cultura es ver un programa de televisión o dejarse absorber por el mundo del videojuego. Es leer un libro o escribir un poema, ir a ver un concierto, hablar de cine con amigxs. La cultura es cantar en un coro, actuar sobre un escenario o hacer manualidades para regalárselas a la familia. Sin duda alguna, la cultura forma parte esencial de lo que significa ser humano. Pero este libro explica las razones por las que tenemos que ser cautxs con ella; demostrando que está estrechamente relacionada con la desigualdad.Quien produce cultura refleja desigualdad. La fuerza de trabajo de las profesiones e industrias culturales es altamente desigual. Para tener éxito en una profesión cultural, necesitas tener acceso a una serie de recursos económicos, sociales y culturales que no están disponibles para toda la sociedad de una forma horizontal o equitativa. Quien consume cultura refleja desigualdad. La audiencia que asiste a diferentes formas de arte, incluyendo el teatro, la música clásica, la ópera, el ballet, el jazz o las exposiciones es una minoría de la población. La participación sigue patrones similares. La forma en la que definimos la cultura refleja desigualdad. Varias encuestas reflejan que algunas formas de cultura gozan de mayor estatus social, y por ende una mayor financiación y apoyo estatal. La propia definición social de cultura refleja históricas luchas de legitimidad. Y a la vez, refleja desigualdades sociales asociadas a la clase, la raza y el género.