
Personaje silencioso y de bajo perfil, Peter Baumann ha cruzado la historia de la música electrónica, primero, como integrante de Tangerine Dream en sus años más importantes y luego, con una carrera solista de pocos y distanciados, pero excelentes discos, fieles representante de la sensibilidad de la Escuela de Berlín y de la Kosmische Musik. “La portada de “Nightfall” muestra una huella en una duna de arena, que simboliza la fugacidad de nuestras vidas, nuestras experiencias, nuestra existencia», explica Baumann, pensamiento acorde con su trabajo de investigación científica y filosófica sobre la condición humana, que ha desarrollado a través de la Baumann Foundation y que se condice con la extática expresión musical presente en este nuevo trabajo.
Sucesor de “Machines Of Desire” de 2016, “Nightfall” está integrado por ocho composiciones de cualidades evocadoras y casi místicas, que llevan a la contemplación y la mirada interior a través de exploraciones electrónicas austeras y atmósferas sonoras de hondura y detallismo. Con sus propias particularidades, temas como ‘No One Knows’, ‘Lost in a Pale Blue Sky’, ‘On The Long Road’ o ‘A World Apart’ se caracterizan por sus frecuencias hipnóticas, sus ingrávidos y extensos mantos de sonido y sus ominosas melodías, que, pese a aquello, no remiten a la tristeza o a la negatividad, sino que más bien a la profundidad de la existencia.
Los pulsos minimalistas y los paisajes sonoros sombríos, pero al mismo tiempo, abiertos y vastos, son patentes en composiciones como ‘From a Far Land’, ‘Sailing Past Midnight’, ‘I’m Sitting Here, Just for a While’ y ‘Nightfall’, las que recuerdan sus celebrados discos de fines de los 70 “Romance '76” y “Trans Harmonic Nights”, así como su trabajo en álbumes de Tangerine Dream tan importantes para la electrónica contemporánea como “Phaedra”, “Rubycon” y “Stratosfear”. Un LP de sonidos abstractos y ambientes eternos, que confirman al creador como uno de los más idiosincráticos de la Escuela de Berlín. “Durante casi cinco décadas, en cada proyecto musical en el que participé, busqué infundirle una cualidad trascendental”, remata Baumann. “Nightfall”, por supuesto, no es la excepción.