Se sabe muy poco acerca de muchos de estos primeros artistas de blues destacados, aparte del simple hecho de que sus grabaciones clásicas son como flechas en el tiempo y tienen una frialdad vanguardista que desafía la época en la que fueron grabadas. Estas pistas son esenciales para cualquier conocedor de blues y una aventura en algunos de los rincones más ocultos del country blues. No hay espacio para personajes como Charley Patton, Robert Johnson o Son House en este cuadro de honor, ya que es hora de que los sospechosos habituales se hagan a un lado y dejen que el centro de atención recaiga sobre algunos de los maestros del country blues menos conocidos, cuya brillantez siempre ha estado un poco por debajo del radar. Esta selección cuidadosamente seleccionada de pistas bellamente remasterizadas se ubica junto a cualquier cosa de los grandes del blues más decorados de la época, y profundiza un poco más en los primeros orígenes del género. Lejos de ser lo mejor del resto, este álbum trae a primer plano obras maestras clásicas que necesitan ser escuchadas. Aparte del crujido y el siseo muy reducidos, sinónimos de las viejas grabaciones de country blues, es difícil creer que todas estas pistas datan de finales de la década de 1920 o principios de la de 1930, ya que tienen una calidad perenne y una profundidad emocional muy diferente a todo lo grabado en este momento. tiempo en la historia. Al ser un término tan amplio, el country blues se describe mejor como formas acústicas del blues, principalmente impulsadas por la guitarra, que a menudo incorporan elementos de ragtime, gospel, hillbilly y Dixieland jazz. Esto lo convierte en una selección increíblemente diversa de pistas, desde guitarras sublimes de cuello de botella hasta trapos alegres y melodías clásicas de cantantes hasta ritmos inspirados en canciones de trabajo libre. Varios de los artistas más registrados en esta compilación, como Gus Cannon, Henry Thomas, Frank Stokes y Peg Leg Howell, cerraron la brecha entre el blues temprano y los estilos de juglares y folk que lo precedieron y son figuras centrales en la historia del blues. Asimismo, la música de Geeshie Wiley, quien solo grabó tres discos, brinda el ejemplo perfecto de cómo la música secular negra se fusionaba con el blues, con resultados realmente fascinantes. Algunas de las pistas de blues más inquietantes jamás grabadas, de la diva del country blues Lottie Kimbrough y el mago de la guitarra slide King Solomon Hill, se complementan con las novedades optimistas del contrabandista a tiempo parcial Charley Jordon y Freddie Spruell, uno de los primeros bluesmen de Delta en ser grabado. Hambone Willie Newbern no es un nombre familiar, pero siempre habrá espacio para su canción seminal 'Roll And Tumble Blues', que se ha convertido en un clásico del blues. Ojalá los extraordinarios guitarristas Henry Spaulding, Garfield Akers y Bo Weavil Jackson hubieran sido invitados al estudio de grabación para grabar algunos lados más, ya que es difícil no reflexionar sobre qué más podrían haber tenido en su arsenal de canciones, ahora perdido sin Un rastro. Con suerte, estas preciosas grabaciones abrirán sus oídos a algunos de los más grandes y a menudo ignorados pioneros del blues de su época.