Mirlo Blanco es un disco y también una canción. Una canción que define a la artista que rubrica el disco. Este disco es como el trino de un mirlo: propio y singular. Este disco es mi trino, al que he llegado disco tras disco en todos estos años. Yo soy un Mirlo. Y resulta ser el décimo disco. Ni más, ni menos. Diez álbumes. En 18 años. Este décimo ya es el 5º disco con mi sello propio, La Madriguera Records. Mirlo Blanco es un disco crudamente honesto, enérgico, donde en comunión singular la belleza, la nostalgia, la euforia, la rabia, la paz y el duelo bendicen el pan y se rifan la cruz. Escrito -sin la pretensión de ser un disco- mayoritariamente en mitad de una pandemia. Un disco donde nada es de relleno y todo tiene un porqué, de la primera canción a la última, desde sus distintos formatos al diseño con sus troqueles de caja de música.